Es conocido por todos la relación que existe en algunas ocasiones entre las diferentes ciencias sociales con el trabajo social, en esta ocasión vamos a hablar de este concepto mas propio de la antropología, el habitus constituye un punto de articulación entre la sociedad y el individuo. A través del habitus, los agentes "subjetivizan" un mundo social que se les presenta como "objetivo". Por medio del habitus los hombres aprenden a reconocer y hacer naturales sus posicionamientos en el mundo social. Pero éste asume otra serie de cualidades. Al incorporar y hacer vívidas (reales, efectivas) las estructuraciones de la realidad social, el habitus opera como organizador y orientador de las prácticas cotidianas de los agentes.
Por lo tanto, las representaciones de los agentes varían según su posición (y los intereses asociados) y según su habitus, como sistema de esquemas de percepción y de apreciación, como estructuras cognitivas y evaluativas que adquieren a través de la experiencia duradera de una posición en el mundo social. El habitus es a la vez un sistema de esquemas de producción de prácticas y un sistema de esquemas de percepción y de apreciación de prácticas. En consecuencia, el habitus produce prácticas y representaciones que están disponibles para la clasificación, que están objetivamente diferenciadas; pero no son inmediatamente percibidas como tales más que por los agentes que poseen el código, los esquemas clasificatorios necesarios para comprender su sentido social.
Por el habitus los agentes aprenden a percibir, conocer y evaluar a su mundo social en un determinado sentido. En ese proceso de internalización, simultáneamente los agentes "ordenan" el mundo social clasificando tanto a las prácticas como a las representaciones de otros agentes. Los agentes se clasifican ellos mismos, se exponen ellos mismo a una clasificación, al elegir, conforme a sus gustos, diferentes atributos, vestimenta, alimentos, bebidas, deportes, amigos, etc. que quedan bien juntos y que les quedan bien, o más bien, que convienen a su posición.
Esta conceptualización del habitus nos lleva a pensar una vida cotidiana en la que los agentes se encuentran permanentemente catalogando y clasificando unos a otros. Bourdie intenta sintetizar las perspectivas objetivistas y subjetivistas. Observemos a partir de esta afirmación como se resuelve esta síntesis en relación al habitus: "sistemas de disposiciones durables y transferibles, estructuras estructuradas dispuestas a funcionar como estructuras estructurantes, es decir, como principios generadores y organizadores de prácticas y de representaciones que pueden estar objetivamente adaptadas a su fin sin suponer la búsqueda consciente de fines ni el dominio expreso de las operaciones necesarias para alcanzarlos".
Vemos aquí que la posibilidad de acción que el habitus permite se encuentra objetivamente estructurada, pero a su vez, tiende a funcionar como "generador, organizador, estructurador", según también disposiciones, valorizaciones que el agente ha construido a lo largo de su historia.
Ahora bien, el habitus tiende a constituirse en un sistema de disposiciones durables pero no inmutables. En contexto de condiciones objetivas nuevas para el agente y diferentes al que éste formó su habitus, éste constituirá una instancia de reformulación de sus disposiciones.
Conjuntamente, aparecerá la idea de habitus cómo sentido de juego, que supone "una invención permanente, indispensable para adaptarse a situaciones indefinidamente variadas, nunca perfectamente idénticas. Es decir, que el agente dispone y despliega distintas estrategias por las que puede conservar como impugne, transformar y/o negociar sus posiciones y visiones del mundo social. Con esta noción de estrategia estamos aludiendo a que el agente puede actuar de distintas posibilidades para reglar y regular sus prácticas cotidianas y, por lo tanto, mantener o modificar sus habitus.
En síntesis, el habitus opera como bisagra entre lo social y lo individual, y es estructurado y, al mismo tiempo, genera representaciones y prácticas sociales, produciendo clasificaciones del mundo social. También el habitus es el resultado de una enorme variabilidad de posibilidades, y en el plano individual, da cuenta de las trayectorias sociales de estos individuos.
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